Confesiones y ocaso de una asesina: la Mataviejitas
En el fondo de una celda en los dormitorios del edificio “B”, se alista para salir una mujer alta, con el cabello largo teñido de rubio. Pensativa, toma una nota y la lee de manera lenta. Orgullosa del avance en su aprendizaje en la lectura, sale de su dormitorio tarareando una canción de la Sonora Santanera. En su paso por los estrechos pasillos, el caminar de la mujer es seguro, constante e imponente. En un amplio salón, la mujer es esperada por algunas presas sentadas en el piso, listas para tomar clase. Al percatarse de la asistencia de muchas, lanza una sonrisa de alegría, pocas veces vista en su rostro un tanto demacrado por los duros golpes que la vida le ha dado. A la par de ella, una custodia llega con una vieja grabadora, dejándola en una mesa.
-Juana, ¿con qué música empezaremos hoy?
- Pus con “Nereidas”, yo creo que ta´bien para mover el botecito.
Juana Barraza Samperio, mejor conocida como la Mataviejitas, purga su condena en Santa Martha Acatitla. Su vida dentro del penal ha ido cambiando gradualmente a lo largo de los cinco años que ha estado cautiva. El cambio en su vida comenzó aquel 25 de enero de 2006, cuando fue aprendida, al ser sorprendida por el asesinato de una mujer de la tercera edad.
Nunca olvidaremos las imágenes de la señora de cabello corto, teñido de rojo Loreal. La Mataviejitas había sido capturada y expuesta a los medios de comunicación, confesando que había cometido aquel asesinato, pero la duda de los demás crímenes seguía. Un día después de ser detenida, antes de ser exhibida nuevamente a los medios de comunicación, se le habían comprobado algunos crímenes porque las huellas dactilares encontradas en las escenas del crimen y las de Juana coincidían. Poco después fue interrogada por el subprocurador Sales Heredia.
-¿Por qué lo hacías? ¿Por qué las matabas?
Juana, levanta su cabeza gacha y lanzando terrible mirada dijo:
-¡Por […] coraje!
-¿Por qué las viejitas?
- Yo odiaba a las señoras porque mi mamá me maltrató. Siempre me maldecía […] me regaló con un señor grande. Yo fui [violada]… por eso odiaba a las señoras grandes.
Patricia Payán, una de las mejores criminólogas de México, fue una de las colaboradoras en el caso de la Mataviejitas. “Era la primera vez que tenía ante mi ante un asesino serial. Juana y el busto eran iguales”, esas fueron sus impresiones al momento de conocer en persona a la Mataviejitas.
- Pasado uno tiempo, el juez encargado del caso le dictó auto de formal prisión y fue transferida al penal de Santa Martha Acatitla. A su llegada, fue aislada de las demás reclusas ya que muchas de ellas amenazaban con matarla a su llegada. Los actos cometidos por un criminal, muchas veces son o quieren ser cobrados por los reos del lugar donde son recluidos; aunado a ello, Juana sufría una gran depresión.
- El 31 de marzo del 2008, el juez 67 de lo penal, dictó la más larga sentencia que ha sido adjudicada a una mujer en Historia Criminal de México. Juana Barraza fue condenada a 759 años y 17 días de prisión por 17 homicidios y 12 robos cometidos en agravio de adultos mayores. La vida de Juana ha seguido cambiando con el paso de los años. El mundo penitenciario es muy distinto comparado con uno fuera de éste. Después de salir del aislamiento al que fue sometida, Juana se incorporó a la vida penitenciaria. Ahí, conoció e hizo amistad con Sandra Aldrete, mujer que la enseño a leer y escribir, transcurriendo por aquellos días su estancia en el área de verdulería.
Debemos de recordar que dentro de un penal, reina la ley de más fuerte, y Juana es una persona que se ha ganado el miedo y respeto. Muchos artículos periodísticos y testimonios de reclusas, mencionan que Juana es una mujer de poder por su altura y su fuerza física (misma que impone considerablemente porque la medida promedio entre la comunidad del penal oscila entre 1.60 m.). Entre las cautivas, es conocida como la “Espanta cigüeñas” porque por una cantidad considerable de dinero, les vende pastillas o inyecciones para las embarazadas que no quieren tener hijos, aborten.
Otro lado, el lado amable, menciona que da clases de danzón, teatro, ajedrez, danza moderna, banda sinaloense, bailes caribeños, jazz, taller de autobiografía y cineclub. La verdad, sí me imagino dar clases de danzón a Juana y sería interesante que los medios de comunicación visitaran el penal para ver a la Mataviejitas en su papel de maestra.
Su caso ha sido la inspiración para la creación de películas, series, documentales y canciones.
-El buen samaritano (Capadocia)
-Maggie pensionada (Mujeres Asesinas 3)
- La Mataviejitas (Amandititita)
-La Historia detrás del Mito: La Mataviejitas (TV Azteca)
-Instinto Asesino (Discovery Channel)
Su ocaso como ser humano comenzó desde el día de su captura. Ese 25 de enero, Juana fue expuesta a los medios de comunicación en un afán deshumanizador. Vivimos en una sociedad que exige derechos, castiga criminales, señala los errores… pero nunca ayuda a evitar estos casos. La sociedad mexicana busca a cada momento chivos expiatorios para pagar sus culpas, nunca pensando lo que esos señalados han vivido a lo largo de su vida. Juana es un caso de estos, donde la sociedad la satanizo, humillo, exhibió y juzgo de una manera cruel. Los asesinatos cometidos ancianas de la tercera edad no quedan a discusión en su responsabilidad legal, pero sí en la social. En México, cuando una mujer comete un delito y rompe lo social, las penas se manifiestan con mayor dureza debido a que los jueces intentan demostrar que lo que una mujer hizo, no solamente trastocó la ley sino también a la organización, al orden social establecido, por lo que se aplica la doble criminalidad, la doble penalidad, así lo dijo la ex subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Patricia Olamendi. Es muy curioso que las penas más largas adjudicadas a criminales, hayan sido dadas a mujeres. Juana Barraza fue condenada a 760 años, siguiéndole la famosa Sandra María Aldrete con 647 años.
Ayer se cumplieron cinco años de la aprensión de Juana. Ella misma está consciente de sus crímenes, por ello, cierro este artículo con sus propias palabras: “No merezco el perdón de dios, ni de nadie. Dios sabe lo que hace y siendo así no hay duda que me mantendrá por el bien de todos, alejada de la sociedad para siempre”.
Ahora , sólo Juana Barraza Samperio quedará en las páginas de la Historia Criminal de México como la “Mataviejitas”.
Autores:
FATIMA "LA COME HOMBRES" GUERRERO
ANDREA "LA MORENA DE FUEGO" AGUADO
ANDRÉS "EL PERVERTIDO " RODRÍGUEZ
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